En
unas conferencias llevadas a cabo en un colegio religioso concertado, el Obispo
de Málaga, expuso su particular visión de la homosexualidad a un auditorio
compuesto por estudiantes entre 15 y 18 años.
Monseñor
ya ha utilizado el comodín de la mala interpretación que de sus palabras han
hecho los medios de comunicación.
Olvida
Mosén que los medios de comunicación transmiten las informaciones que les
llegan a través de los padres de los alumnos, por las manifestaciones de estos
mismos. Oyentes directos de sus
palabras.
Según
las versiones de los estudiantes, el príncipe de la iglesia, les cuenta su
pensamiento acerca del matrimonio entre personas del mismo sexo, hablando sin
complejos, sin cortapisas, sin vergüenza, y podíamos seguir indefinidamente
apuntando sin… , sin respeto, sin pudor, sin conocimiento, sin amor al prójimo,
sin idea de lo que habla…
Dice
el prelado, que la ley española que reconoce el derecho a contraer matrimonio a
personas del mismo sexo, es la peor del mundo, porque habla de cónyuge 1 y
cónyuge 2, y estos pueden ser un hombre y un perro… ¿desde cuándo tiene un
perro la condición de persona?
Confunde, malintencionadamente, una opción
personal con una perversión sexual.
Estos
cónyuges, según el obispo, también podrían ser un bebe, y un anciano de 70
años. Aquí habla desde la mala fe, porque sabe muy bien que esta relación
pedófila es un delito. Y lo sabe muy bien, por los múltiples casos que salpican
a su corporación.
Hasta
aquí, desmentido incluido, nada nuevo. Solo le apuntaremos un detalle, no es a
los medios de comunicación a quien tiene que rectificar, sino a los chicos que
recibieron su mensaje, y a los padres
que no supieron interpretarlo.
Ahora,
las asociaciones de los colectivos dañados, presentaran una demanda ante la
fiscalía, y se encontraran con los impedimentos que en forma de tasas ha puesto
el Ministro de justicia.
Para
defenderse de un atropello primero hay que pagar. ¡Viva la justicia
igualitaria!
Y el
resto de la sociedad, asistiremos estupefactos al espectáculo de comunicados y noticias,
mientras, desde otro ministerio, se consolida la asignatura de religión en el
sistema público de enseñanza, se convierte en curricular, se imparte por
profesores elegidos por la iglesia y pagados por todos, se menosprecia la
enseñanza pública a favor de la concertada, y se adoctrina desde las aulas, sin
necesidad de pulpitos.
Por
otra parte, como ya he dicho con anterioridad, nada nuevo.
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