sábado, 27 de abril de 2024

Poder dormir tranquilo

 

La carta que el presidente Sánchez ha hecho pública, puede ser una declaración de guerra o una rendición antes de presentar batalla.

Una de las principales obligaciones del Presidente del Gobierno es, o debería de ser, confirmar la seguridad jurídica para todos los ciudadanos. Por supuesto, incluido el mismo y todos los miembros de su Gobierno.

La Constitución otorga al Gobierno legítimo - surgido de la voluntad manifestada por los representantes elegidos, en el legal proceso electoral - la potestad de organizar la defensa de los derechos inalienables que pertenecen al pueblo español soberano.

Desde diversos ámbitos se viene afirmando que las tropelías judiciales - convenientemente amplificadas por los medios de comunicación afines – constituyen un elemento distorsionador de la vida político-social de este país.

El PSOE domesticado, la trama franquista camuflada en el “democrático” AP (con posterioridad el PP) y un PCE (Partido de Carrillo Equivocado) fueron bendecidos en su bautismo político por la  generosa complicidad de quienes mandaban, a saber: banca, patronal, nobleza e Iglesia Católica.

Mención aparte merecen el ejército y cuerpos de represión policiales.  La influencia franquista es tan evidente en ambas instituciones, que mejor las dejamos ubicadas  en el papel que tradicionalmente mejor desempeñan y que no es otro que el de meros ejecutores de la voluntad de sus amos.

Los procedimientos judiciales abiertos contra altos mandos y responsables del Ministerio del Interior son una muestra del funcionamiento de las cloacas estatales y de la denominada policía patriótica.

Que la banca y el empresariado otorgan préstamos, apoyo y ayuda a los partidos nacidos durante el parto constitucional de 1978; es un hecho incuestionable. Que por esa financiación cobran y cobrarán intereses es indiscutible. Que lo pagamos a escote entre todos es una realidad.

Para neutralizar todo eso y dotar de credibilidad institucional al sistema, el Presidente del Gobierno está en la obligación de utilizar las armas más poderosas que el pueblo español ha puesto en sus manos: la posibilidad de utilizar los decretos ley, el cumplimiento del programa y aglutinar fuerzas afines para cortar de raíz los desmanes judiciales.

En la situación actual corremos el peligro de ser tan sumamente empáticos con Pedro Sánchez que podemos olvidar los barros que nos han conducido a estos lodos.

Ni la derecha extrema, ni la extrema derecha van a soltar la presa que sienten entre sus fauces. Ahora la cuestión no es afear el comportamiento de los depredadores, ni siquiera es debatible analizar por qué hacen lo que hacen. En la actualidad Pedro Sánchez tiene que ser consciente de sus responsabilidades y entre ellas se encuentran muchos incumplimientos.

¿Dónde está la derogación de la llamada ley mordaza?

¿Por qué dejó en evidencia a una de sus Ministras pactando con el PP la modificación de la ley “solo sí es sí”?

¿Dónde estaba durante el acoso a un Vicepresidente  y a una de las Ministras de su Gobierno?

¿Qué le ha impulsado a no acometer decididamente la renovación del CGPJ a través de una modificación de las mayorías?

Si ya sabe que al PP le gusta la fruta y que  VOX adora a los perros ¿Qué le impele a pensar que alguien está libre de ataques?

¿Cuál ha sido la moneda de cambio para regalar el Sahara y abandonar a los saharauis?

¿Ya se ha dado cuenta de que Netanyahu es un genocida?

¿Le ha resultado rentable su apoyo a los discrepantes de Podemos?

Ninguna de las cuestiones es baladí, en unas ocasiones el incumplimiento, en algunas una inexplicable dejación y en otras un enfoque erróneo para identificar a los adversarios políticos, han conducido al PSOE a marcar distancias entre líderes socialistas.

La dirección del PSOE sabe, o debería saber, que los ciudadanos reciben la prestación de la mayor parte de los servicios sociales a través de la Comunidades Autónomas. Lamentablemente y por luchas con los barones territoriales, el partido socialista ha puesto en bandeja a la coalición de derechas extremas los Gobiernos Autonómicos.   

Si a todo lo anterior, se añade el uso perverso que se ha hecho de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para demonizar opciones políticas que resultan incomodas a los poderes fácticos del país, nos encontramos en la antesala de un Estado en vías de extinción democrática.

Aunque también es posible suponer que, con Podemos fuera del Gobierno y  Pablo Iglesias dedicado a sus menesteres lejos de Moncloa, Pedro Sánchez podrá dormir plácidamente deshojando la margarita de su decisión.

viernes, 12 de abril de 2024

Todos son iguales

El exabrupto ¡Todos son iguales! Está muy extendido y todos sabemos que en realidad se trata de opacar la realidad. Siempre lo gritan los mismos y cuando los afectados son de su cuerda, sonríen lánguidamente para acabar culpando al opositor de ser igual que ellos.

En ese instante ponen en práctica la segunda opción, si la realidad es que todos roban, mejor que roben los que asumen como suyos, los que tienen mucho que a esos  no les hace falta robar tanto.

Esta forma de pensar y comportarse está tan admitido socialmente que se ha terminado por considerar amortizado el fraude de 60,000 millones usados durante el Gobierno del nada identificable como M. Rajoy. Cuando un banquero roba lo hace como Mario Conde: a conciencia.

Con esa pila de millones se rescató a la banca bajo la promesa de una pronta devolución. A día de hoy no se vislumbra por ningún lado la recuperación del dinero prestado. Si el deudor fuera cualquiera de nosotros estaríamos desahuciados, los banqueros siguen en sus lujosos aposentos disfrutando de nuestro dinero.

Cómo diría Rodrigo Rato, el gurú económico del partido que hizo posible el donativo: “es el mercado amigo”. Aunque en realidad no es el mercado, son ellos, son los ladrones sin escrúpulos robando a una sociedad corrupta y permisiva.

Ya ha pasado el tiempo de explicar la condición fundamental del ser humano. Decir, por enésima vez, que la humanidad está concebida para ser conformada por individuos que tienen que convivir en comunidad, provoca hastío.

Por mucho que se repita seguirá habiendo personajes que - alardeando de sus logros individuales - reclamará tener más privilegios que los demás. Aunque los éxitos conseguidos tengan la misma utilidad que los pedales en un orinal.

No deja de ser una postura de acomplejamiento humano ante los otros individuos de la especie, necesitan sentirse más, sin saber muy bien ¿Más qué? ¿Más importantes? ¿Más influyentes? ¿Más bonitos? ¿Más listos? ¿Más…algo?

A esas carencias de personalidad hoy, los “liberaloides”, los llaman méritos. Los muy cretinos confunden libertad de vivir con la barra libre para explotar al prójimo.

Por lo visto, articular protocolos de actuación para dejar que fallezcan ancianos en las residencias porque son mayores y van a morir de todas formas, se llama dar un uso debido a los recursos sanitarios voceando la palabra libertad con un completo descaro.  

La persona elegida para dirigir a una sociedad que confía en ella debería tener un exquisito cuidado para cumplir con su cometido.

En lugar de eso, como no saben cuánto les va a durar el momio, tratan de esquilmar a todos  en el menor tiempo posible. En fin, cada cual tiene sus valores y para algunas el emprendimiento consiste en aprovechar las dificultades de las personas para sacarles las hijuelas.

¿Caerá Ayuso por avatares de su nuevo novio? ¿Será el fin de Feijoo?  ¿Koldo marcará a Pedro? ¿Los Borbón serán responsables de algo? ¿Seguirá siendo republicana Leticia? Y sobre todo una pregunta se palpa en el ambiente ¿Qué requisitos debe cumplir un cortijo para acabar siendo un país?

Y ¿Bajo qué parámetros  se decide que el dueño del cortijo siga siendo de la misma familia?

Después de la caída del imperio romano se produjo una catarsis del sistema  que ningún periodista de la época supo anticipar, a pesar de que, seguramente, ya existían los Ferreras, Federico, Quintana, Alsina y Herrera del momento.

Lo viejo había dejado de servir y lo nuevo estaba por demostrar su eficacia, pero antes que nada había que depurar las estructuras derrumbadas.

Hacer limpieza entraña muchas dificultades, entre otras, despejar los espacios para amontonar escombros y detectar donde se encuentra la basura. En el debe del movimiento 15 M está no haber esterilizado el sistema.

Cuando ¡Por fin! parecía que, asistíamos a un nuevo concepto de sociedad democrática donde los valores humanos tuvieran cabida, en contraposición con el monetarismo capitalista imperante, nos hemos dado de bruces con la realidad: estamos en la casilla de salida.

En definitiva, se escondieron un ratito hasta que pasara la tormenta para volver igual o más bordes. Que se lo digan a MAR, ese conductor borrachín que después de ser condenado por difamar al difunto Luis Montes ha vuelto a primera línea para poner voz al guiñol monstrua de la fruta.

Nos merecemos lo que tenemos, una clase dirigente encabezada por el primero de los españoles que regatea en barco en San Xenxo y a la justicia en albornoz, no necesita ni vestirse. Mientras tanto su sucesor, Felipe Uve Palito, bastante tiene con convencernos de que ha cumplido con su misión de dejar heredera sin que reclamemos pruebas de paternidad.

¡Seremos corruptos, pero muy españoles y mucho españoles! Que todavía nadie sabe quién es M punto Rajoy. Si la familia Ayuso se enriquece es porque Madrid es España y España es Madrid, ¡Coño ya con las tonterías!

Y quién a buena frutera se arrima la santa fruta lo amadrina.

lunes, 26 de febrero de 2024

La derecha desatada

Con la vorágine de acontecimientos que intentan incrustar en nuestra mente, los medios de desinformación tratan de colarnos sus consignas para borregos claudicantes.

¡Sí!, es cierto que desde el Gobierno de coalición se han cometido errores imperdonables, pero no por su carácter transgresor, más bien por el afán que - un ejecutivo teóricamente transformador - ha tenido de poner cataplasmas para no ofender a determinados poderes fácticos que, por otra parte,  llevan toda la vida apretando las tuercas a este simulacro de país.

La llamada “Ley mordaza” sesgó de manera contundente la posibilidad de manifestar el descontento donde la gente corriente puede hacerlo, en la calle. Se pueden poner cientos de ejemplos de perversidad judicial en los que – con una norma no escrita ¡faltaría más! - la palabra de un agente de policía tiene más valor que la de un ciudadano. Principio de veracidad policial, lo podíamos denominar. Naturalmente no está plasmado en ninguna ley, sería inconstitucional, pero “haberlo hay lo”.

Después Los medios de comunicación, comprados o afines, se encargan de poner en circulación las opiniones de los que dictan las normas por arbitrarias que sean.

El otro fiasco sufrido fue la contrarreforma de la reforma laboral de Rajoy. Una modificación que satisfizo a la patronal indica que rescató muy pocos de los derechos eliminados por el Gobierno del Partido Popular.

La tristeza que nos invade, no debe de ocultar la congoja que nos acompaña.

Los Gobiernos de coalición están perdiendo una oportunidad histórica de hacer algo diferente para modificar las estructuras perversas de esta confluencia nacional. Peor aún, seguimos abrazos a una farola sin luz esperando que por arte de magia se ilumine la bombilla.

España no es un país de izquierdas porque el español de a pie está educado en una cultura vacía e insolidaria.

Mientras no le afecten directamente, el habitante de la piel de toro es muy poco dado a sentirse partícipe de los problemas de su vecino.

Siglos de contaminación eclesiástica han conseguido inocular el virus de la responsabilidad individual como paradigma para conseguir la salvación.

Es la misma teoría de la individualidad económica que ha llevado al hispánico medio a considerarse un ente aislado de los problemas de los demás, aunque no de sus logros. Nos sentimos partícipes de las victorias ajenas para  acabar atribuyéndonoslas como propias.

En los triunfos España es una nación, los fracasos son la consecuencia de la conjura de los adversarios.  En el camino hacia la meta es donde se hace patente la eterna duda de los pusilánimes indecisos en los que nos hemos convertido. 

España no es de izquierdas ni de derechas, España es propiedad del amo, una finca yerma de tierra quemada. Siglos de desafección con el vecino nos han hecho insensibles ante lo transcendental para convertirnos en timoratos ante lo accesorio.

Durante la triste pandemia de COVID están contabilizadas 7291 muertes  de ancianos en condiciones de abandono en Madrid, sin asistencia hospitalaria.

Ello es presuntamente atribuible – como así está denunciado por los familiares – a los cuestionables protocolos de actuación dictados desde el Gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid presidido por esa fruta de temporada llamada Isabel Díaz Ayuso.

Durante una sesión en la Asamblea de Madrid  “la fruta de moda madrileña” manifestó que, los ancianos de la comunidad de Madrid no fueron derivados a centros hospitalarios porque iban a morir de todas formas ¡Para qué gastar inútilmente!

La certeza de la muerte debe de ser una de las razones del desmantelamiento de la sanidad pública que se está llevando a cabo en Madrid. Si de todas formas vamos a morir, mejor que suponga una ganancia para los amigos que gestionan la sanidad privada ¡Ellos saben apreciar los placeres de la vida!

Y ya puestos, si alguien tiene que beneficiarse del negocio en época de alarma mejor la familia que así todo queda en casa. Después la fiscalía te lo afina y la moralidad la escondes bajo los resultados de las urnas que para eso existe el libre mercado.

Estos días se ha conocido la trama para forrarse, urdida por un tal Koldo García, asesor del ex ministro Ábalos. Los voceros de siempre han salido en tromba a pedir la cabeza de Pedro Sánchez como máximo responsable del contubernio corrupto. Los radiofónicos, televisivos y amanuenses han estado alentados por  “la fruta de Madrid” y “el defenestrado Bendodo”.

Si el PSOE hubiera cumplido con su presunta vocación de partido de izquierdas, probablemente no hubiera caído en la tentación de ocultar los enriquecimientos rápidos de algunos de sus parásitos.

Las rotativas y micrófonos que echaban humo defendiendo el derecho de Tomás Díaz Ayuso a realizar encajes comerciales en su condición de emprendedor, hoy descuartizan a Ábalos y por elevación a Sánchez, porque en sus inmediaciones huele a podrido.

No como en el caso de Madrid, que la pobre fruta no estaba madura y no influyó para que su “hermanísimo” vendiera las mascarillas con un incremento de precio abusivo. El comprador (la Comunidad de Madrid) ni siquiera sabía que Tomás Díaz Ayuso era hermano de la fruta. Además ella no se enteraba de nada.

O sea que Isabel utilizó el comodín de la lerdez tipo infanta Cristina. La monarquía siempre marcando tendencia.

Naturalmente todo en nombre de la otorgada libertad para tomar cañas que durante la pandemia trajo la fruta.


jueves, 25 de enero de 2024

La justicia que queremos y no tenemos

 

Corría en España el año 2008 cuando se iniciaba  la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero.  De repente el mundo avanzado se da cuenta de que los beneficios bancarios son una pompa de jabón que se puede desvanecer si los muertos de hambre - que los estafadores han conseguido abducir  con falsas promesas de prosperidad - deciden que el estado de bienestar les pertenece ¡Drama a la vista!

Los amos tampoco pusieron nada de su parte para arreglarlo, esos nunca ponen nada gratis, todo va con cuotas de devolución e intereses de demora.

Esos momentos, en los que una pareja de curritos podían vacacionar en el Caribe, en un resort con todo incluido, crispaba a los “pata negra”. Los descendientes del Cid no podían soportar la imagen del hijo del portero de su finca tomando mojitos y disfrutando de la vida ¡Dónde íbamos a llegar!

Solución: una buena crisis económica provocada por un sistema financiero de usura y cada cual a su lugar.

Comenzaron los despidos, el aumento del paro, los impagos de hipotecas, los desahucios, retornar a vivir de la pensión del abuelo. El  escandaloso crecimiento de oferta de mano de obra desplomó los salarios. Los parias “mileuristas” se convirtieron en privilegiados. Se pasó a ingresar entre los miembros de la pareja lo que antes ganaba uno. Las cosas tornaron a su normalidad.

Las vacas flacas llegaron con un nuevo mantra: ¡Inútiles, habéis vivido por encima de vuestras posibilidades! Decían hemos vivido, pero a los poderosos y a sus amiguitos no les afectaba. Usaban el “HEMOS” como tiempo verbal políticamente correcto. Era como decir: todos hemos sido malos, pero vosotros más que fijaros como estáis de jodidos por hacer caso al banco, al constructor, al notario y al gobierno de… “España va bien”, hipotecándoos de por vida para mayor gloria de nuestra cuenta de resultados.

En ese entorno nació el movimiento 15 M, hartos de ser carne de cañón los “vulgares” quisieron cambiar las cosas. Las acampadas y asambleas callejeras cuestionaban el sistema, el régimen, el bipartidismo y hasta la modélica transición ¿Adónde íbamos a llegar?

Si se repasan las hemerotecas descubriremos que insignes liberales (Esperanza Aguirre) llegaron a cuestionar la labor que habían realizado: “tal vez el capitalismo no ha sido capaz de dar respuesta a los problemas de la sociedad”. O eso es lo que se deduce de sus palabras cuando deliberaba sobre la utilidad de su ideología.

Refiriéndose a los acampados, la ínclita también utilizaba la expresión: “si quieren cambiar las cosas que se presenten a las elecciones”.

Y, hete aquí, hicieron caso a la escandalosa beneficiaria del “tamayazo”.

Un tipo con coleta, colaborador de programas de debate político, profesor universitario, con dos licenciaturas, un doctorado y posibilidad de expresarse en varios idiomas, decidió con otros afines, desafiar a un sistema podrido, heredero del perverso franquismo y con sus mismos defectos. Las élites, la banca y el clero seguían siendo intocables bajo el amparo de una monarquía tan corrupta como el régimen del que descendía.

El jefe supremo de las fuerzas armadas utilizaba la patética subordinación militar para blindar sus tejemanejes. Además de inviolable, inimputable e irresponsable era intachablemente corrupto,  infame en su comportamiento e indigno como Jefe de Estado.

Un Borbón sospechoso de trapacerías  era soportable, pero las gentes “como dios manda” no eran capaces de tolerar la afrenta de ver a un desarrapado podemita en el Gobierno. Comenzó a tejerse la trama para impedir un acuerdo PSOE/PODEMOS. Ahora bien, para llevar a cabo su obra necesitaban actores que representaran los papeles. Una policía llamada patriótica, unas cloacas del Estado corruptas, unos medios de comunicación propagadores de las falacias y principalmente los limpiadores del entramado: ¡Los jueces!

Nunca ha faltado un togado para auxiliar la necesidad de un amigo.

Hoy, lo que queda del proyecto de regeneración democrática nacido en las calles y plazas, ha presentado un recurso de amparo ante la desestimación del Tribunal Supremo de admitir la querella presentada contra unos jueces  por presunta persecución judicial.

El mismo juez que fue objeto de la famosa conversación entre Zaplana y González, cuando para librarse de imputaciones, refiriéndose a su compañero de partido, titular del   Ministerio de Justicia decían: “Le decimos a Catalá, tú tráeme al titular que ya me entenderé yo con él y el suplente a tomar por culo”.

Ese juez titular volvió a su juzgado a continuar con su labor abriendo causas contra Podemos que el mismo había cerrado. Las querellas que la formación política ha presentado contra él, no son admitidas por el Tribunal Supremo. Nada nuevo si tenemos en cuenta que quien preside la Sala del Supremo  que dictamina la procedencia o improcedencia de la admisión es  el juez Marchena. El mismo que tuvo que renunciar a presidir el CGPJ por la incontinencia verbal del portavoz del PP en el Senado (Ignacio Cosidó). En plena efervescencia  del caso Gürtel, el “bocazas” auguraba que con Marchena controlarían  la Sala Segunda del Supremo por la puerta de atrás.

Estamos deseando creer en el sistema judicial español, ni siquiera nos pasa lo que a Esteban González Pons que piensa que el Tribunal Constitucional es un cáncer para la democracia. Sobre todo cuando  no lo controla el PP. Nosotros pensamos que es posible un poder judicial limpio, justo e imparcial.

Dudamos mucho que sea posible con estos jueces, este sistema de nombramiento y acceso a la carrera judicial, esta derecha política - PSOE mediante - y esta jefatura del Estado.

Queremos encontrar motivos para confiar en la justicia pero lamentablemente no podemos

domingo, 17 de diciembre de 2023

Así nos va

Algunos insignes desmemoriados han olvidado lo que es realmente un golpe de estado. “El levantamiento en armas de 1936, contra el Gobierno Legítimo y contra la Constitución Republicana fue un golpe de Estado”.

Poner urnas para hacer una consulta a la ciudadanía o llegar a acuerdos entre fuerzas políticas dispares puede ser una manera de hacer política que provoque urticaria entre los nacional católicos disidentes, pero catalogar esas acciones de “golpe de estado” es una obscenidad.

Cuestión esta que nos lleva a recordar – y no nos cansaremos de hacerlo - que el nominado para suceder al dictador fue aupado a la Jefatura del Estado por el designio de un rebelde y reconocido genocida. Sin olvidar que, en  su faceta de colaboracionista con el régimen de  Adolf Hitler, Franco resultó ser un feroz impulsor de las aberrantes practicas exterminadoras de discrepantes políticos, que continúan sin ser  reparadas.

Esa criatura fue el padre político del primer rey de la reinstauración monárquica que devendría tras la asonada militar. Su dedo asesino fue el que señaló quién debería ser su sucesor en la Jefatura del Estado. Cuarenta años de terror represivo dan para mucho y permiten muchas licencias.

Entre otras cosas sirven para que un régimen despótico permanezca en el poder sin restituir la legalidad REPUBLICANA.

Es imprescindible recordar que el conductor del “fabuloso” viaje hacia la democracia, fue Adolfo Suarez. El elegido para tan “honrosa misión” había sido Ministro Secretario General del Movimiento es decir, responsable del sostenimiento ideológico del franquismo.

Al igual que Juan Carlos I, Adolfo  Suarez se encontró atrapado en sus contradicciones: intentar sobrevivir políticamente en un franquismo sin Franco, o amoldarse a la idea de voladura muy controlada del Régimen.

El monarca se adaptó con prontitud a su nuevo papel. Sabía que el método a seguir era tratar de asimilarse a sus primos europeos, copiar sus comportamientos, imitar su legalidad y por encima de todo parecer una institución respetuosa con los deseos de la población. Y por supuesto tratar de acumular riqueza, mucha riqueza. De esto último ¡Prueba superada!

Han pasado ya cuarenta y cinco años desde la promulgación de aquella más o menos consensuada Constitución.

Cualquier observador, por desinformado que esté, entiende que un producto, nacido del miedo y bajo la mirada vigilante de un Régimen sin escrúpulos, necesariamente necesita ser adaptado a las nuevas situaciones para corregir los defectos asumidos en su casquivana concepción. Casi resulta imprescindible comenzar un proceso constituyente.

Pero desengañémonos, a casi nadie le interesa abrir un melón que temen o presienten que les saldrá pepino.

Están verdaderamente cómodos con la situación actual. Presienten que han superado el riesgo cierto que hace muy poco tiempo representó Podemos. Hoy las aguas bajan más mansas.

Podemos está obligado a reinventarse, la amalgama que quiere ser Sumar no acaba de convertirse en la opción sustitutoria de una izquierda nacional reivindicativa. Desafección entre los dirigentes, ninguneo y falta de tacto político han conducido a la izquierda a una situación semejante a la vivida desde el inicio de la restauración monárquica: la más absoluta irrelevancia es el destino previsto para los que abandonaron el barco cuando se amotinaron. Roma no paga traidores y el Ibex tampoco.

El sueño fue bonito mientras duró, ahora queda recomponer los rotos y heridos para retornar a las trincheras. Podemos resurgirá, quizás con otro nombre, otra estructura, nuevas caras y otra dirección, pero las ansias de justicia no se van a aplacar acumulando injusticias. Ni siquiera utilizando jueces que, abren causas y cuando ya han hecho el daño y conseguido los objetivos con la ayuda de los compinches mediáticos las cierran  obligados por la ley.

Es probable que las Díaz, García, Rego, Colau o los Errejón, Bustinduy, Urtasun, encuentren acomodo en Ministerios,  Direcciones Generales o Secretarias de Estado. Tal vez acaben como tertulianos de tele Madrid o de Tardear. No importa, su tiempo pasará y su legado no alcanzará transcendencia.

Otros activistas recogerán el testigo para volver a levantar la voz contra la corrupción judicial, policial, política y mediática.

Después de felicitar efusivamente a Javier Milei, un sonriente Felipe VI sin pashmina que le cubra, se dirigirá a los españoles para cumplir con su obligación anual de actuar en las fiestas navideñas.

Como cada año, en su tele-discurso de la noche del 24, el Jefe de Estado enumerará como propios los logros alcanzados por otros y exhortará a los demás a realizar solidarios ejercicios de ayuda - que la institución monárquica nunca hará - en aras de la convivencia y la paz mundial sin saber muy bien de qué está hablando.

También comentará algo sobre la necesidad de salvar al planeta de la crisis climática y acabará vendiendo el compromiso que su nena ha adquirido al jurar una Constitución inamovible que garantiza la unidad de su finca.

En realidad la Constitución no se mueve porque somos extraordinariamente conformistas con nuestro destino. Así nos va. 

sábado, 18 de noviembre de 2023

¡Ya tardaban!

Cuando el 20 de Noviembre de 1975 se oficializó el fallecimiento del genocida Jefe de Estado que había usurpado la libertad a este país, comenzó a gestarse - por medio de las fuerzas que sostenían al franquismo y eran beneficiarias de sus desmanes (oligarquía financiera, Iglesia Católica y uniformados ambiciosos) - un simulacro  de reconciliación nacional.

No llegaba a ser siquiera un relato, pero caló en las mentes de las personas que esperaban hallar un atisbo de esperanza tras la desaparición del monstruo que durante cuarenta años había machacado sus vidas.

La ausencia de esperanza te obliga a aceptar cualquier opción por perversa que sea.

Los años siguientes al óbito del asesino, se dieron pasos para reinstaurar en España un régimen equiparable al resto de Europa. Bajo la tutela de la monarquía franquista y la escrupulosa vigilancia de las fuerzas armadas, se llegó a pergeñar el llamado régimen del 78. O sea la “modélica” transición.

Ni un atisbo de repulsa a la opresión padecida, nada de justicia reparadora y por supuesto ningún reconocimiento de la ilegalidad padecida.

Los asesinos de los cientos de miles de españoles amontonados en las cunetas, continuaron en sus puestos bien retribuidos, los empresarios beneficiados por explotar a presos políticos continuaron con sus boyantes empresas, los generales sostenedores de un genocida disfrutaron de las prebendas alcanzadas y los obispos siguieron rezando por el eterno descanso del criminal que no dejó descansar en paz a nadie.

La ley de amnistía de octubre de 1977 extendió un espeso manto de impunidad sobre los crímenes del franquismo. Tras la pantalla de generosidad que Adolfo Suarez intentó vender se escondía la perversa exculpación de actuaciones asesinas que encerraban ambiciones ocultas. Bueno, en realidad tampoco tan ocultas, consistió en despojar de derechos de reparación a los españoles saqueados por que se  enfrentaron a la ilegal rebelión militar.

Nunca estuvo en la mente del Secretario General del Movimiento Adolfo Suárez (Secretariado que representaba la defensa a ultranza de los postulados del Movimiento Nacional) la intencionalidad de recomponer la situación del Estado para restablecer la situación política que había sido cercenada por la fuerza. Sus declaraciones a micrófono cerrado para sostener a la monarquía son más que reveladoras.

¡Suarez nunca se preocupó de la legalidad! Únicamente le movió la ambición de grupos de poder afines y la suya propia.

Su sucesor en la presidencia de Gobierno, Felipe González, rápidamente se mimetizó con el papel que debía de representar. De Isidoro clandestino se transmutó en González de Estado. Y después de renunciar al marxismo, renunció al socialismo y a la decencia democrática.

De aquellos barros infectos de miseria nacen estos lodos de una derecha extrema, acompañada por una extrema derecha que nunca ha admitido la diversidad política ni territorial. Para esa derecha filo franquista, todos los derechos son disfrutables por ellos pero cuestionables para los demás. El insulto y la mofa forman parte de su ideario político. Las personas trans son machorros con faldas o maricones sin norte. Los homosexuales son maricones viciosos y las lesbianas tipas mal folladas. Los migrantes resultan ser delincuentes peligrosos y las mujeres que reclaman derechos son feministas abducidas por Satanás.

Los 56 viejitos, firmantes del manifiesto que pide la intervención del ejército para corregir la deriva del país, no saben lo que es corregir, desconocen el significado de deriva y se pierden cuando tienen que diferenciar entre Estado, Nación y País. Tranquilamente retirados a sus paseos por el parque dando la lata a los obreros de las obras o a los cajeros de las sucursales bancarias porque les han cobrado mantenimiento de la cuenta, necesitan encontrar un atisbo de emoción en sus vidas. Recordar cuando hablaban y alguien contestaba “a sus ordenes mi comandante”.

Los  56 patéticos, nunca protestaron por las condiciones de trabajo, por la deficiencia de los materiales, por la falta de conciliación familiar que padecían sus subordinados o – lo más grave – por el abandono corrupto que sufrieron sus compañeros del Yak 42.

Para las fuerzas armadas ese fue el mayor caso de abandono y corrupción sufrido. Los 56 firmantes siguieron silenciosos.

¡Cobardes!

domingo, 12 de noviembre de 2023

¡Protesto!

 

Todos recordamos a la entonces Presidenta del absurdo ente político-administrativo  que representa la Comunidad de Madrid, revolverse contra la expresión del hartazgo ciudadano que representó el 15 M.

Por aquellas fechas, el ariete liberal que encarnaba la lideresa en ciernes del PP, exigía a los descontentos que utilizaran los cauces legítimos para lograr que sus ideas tuvieran cabida en el ámbito constitucional. A continuación, Esperanza Aguirre  y sus patrocinadores retaban, a los perro- flautas y otros adjetivos peyorativos, a acudir a las urnas y defender sus propuestas en el ámbito democrático establecido.

La sorpresa fue que los “desaliñados” aceptaron el reto lanzado y sagazmente supieron capitalizar el movimiento 15M. El éxito que obtuvieron los “sin pedigrí” pilló desprevenidas a las élites de todo tipo: social, financiera y política.

Llegados a este punto, el capital sin escrúpulos quiso neutralizar a los izquierdosos e hizo intentos para sustituir a su perrito faldero de la derecha liberal. Aunque es sabido que ese tipo de aventuras no suelen acabar bien. Sin aportación de sponsors son unas opciones vacías, basta con recordar el nacimiento, auge, caída y disolución de Ciudadanos o UPyD.

Albert Rivera  y Rosa Diez, juguetes rotos en manos de desaprensivos que manipularon sus ansias de grandeza ¡Lástima de peleles!

Al final los amos tuvieron que acudir al sistema de probada eficacia empleado por la condesa consorte de Bornos con grandeza de España. El vergonzante caso denominado “Tamayazo” define con claridad meridiana la calidad democrática de Aguirre Gil de Biedma y la de sus seguidores.

Estos “plagios de demócratas” utilizan artimañas muy parecidas a las de los niños pequeños que quieren y proponen repetir un juego hasta conseguir ganar. Votemos otra vez que los votantes se han equivocado.

La derecha liberal tiene perfectamente estudiada su estrategia. Madrid es la prueba. En este penoso simulacro de democracia el vulgo desinformado suele ponerse del lado del estafador porque lo considera más listo que el estafado. 

No importa que el estafado trate de defender los intereses de la comunidad, ésta se pone de parte de la astucia delictiva del estafador porque piensa que le va a reportar beneficios añadidos.  Así se comporta la masa social.

Parte de ese conglomerado social está soliviantado en la actualidad, azuzado por proclamas de dudosa legitimidad. Así que tú, que participas en las algaradas, suponiendo que sepas lo que es una ley de amnistía ¿Por qué protestas?

¿Saliste a la calle cuando se indultó a Barrionuevo, o al general Armada, o cuando centenares de defraudadores y delincuentes vieron la puerta abierta con la amnistía fiscal del ministro Montoro?

¿No te avergüenza que desde el Ministerio del Interior se organice un entramado para perjudicar a los rivales políticos elaborando complots como el informe PISA?

¿Estás de acuerdo con la persecución, mediante informaciones falsas, a rivales políticos para influir en el resultado electoral?

¿Te parece bien una cúpula policial que propicia la existencia de la denominada policía “patriótica”?

¿Continúas siendo seguidor y por lo tanto financiando a los medios de comunicación que propagan noticias falsas?

¿Culpas a los inmigrantes de las penosas condiciones laborales que tu patrón te obliga a aceptar bajo amenaza de despido?

¿Eres un pobre diablo que espera que sea su explotador quien lo saque de la penosa situación en la que vive?

¿Eres de los que jalean ¡a por ellos! y no te da vergüenza reconocerlo?

¿Tienes un hijo homosexual, pero te repugna la homosexualidad del hijo de tu vecino?

¿Tu hija ha abortado en Londres y tú te manifiestas delante de las clínicas que practican el aborto en tu ciudad gritando: Si a la vida?

¿Defiendes la unidad de España desde tus cuentas en Suiza?

¿Eres un patriota que hace horas extras que no te pagan y cuando te pones enfermo sigues yendo a trabajar por miedo a perder el puesto de trabajo?

¿Hablas de reconciliación y cerrar heridas cantando “EL cara al sol” mientras sigue habiendo españoles asesinados tirados en las cunetas?

Hazte un  favor, ve al psicólogo y que te diagnostique lo que te pasa.

Porque es muy complicado entender tú protesta si analizados los planteamientos xenófobos, misóginos, racistas excluyentes y clasistas, que te han impulsado a apoyar las proclamas de los convocantes de las manifestaciones.  

Resulta que protestas contra una posibilidad de ley que no está presentada y que aún no conoces. Y no te asquea la llamada que tus líderes hacen a la rebelión y desobediencia de institutos armados. Delitos contemplados en el Código Penal y que se deberían investigar judicialmente.  

Los que no somos como tú, tendríamos que protestar por la falta de ética política, por la hipocresía judicial, por la falsedad informativa de los medios de comunicación y protestamos por el intento de  manipulación que se viene  sufriendo por parte de mediocres informadores que ni siquiera se disculpan cuando se descubren sus manejos!

Y por supuesto protestamos por la marea fascista que intenta ahogarnos.