El 15M resultó ser el punto de
partida de un intento sorprendente para
buscar otra forma de hacer política. O al menos eso era la teoría.
Aguirre, Villalobos, Aznar,
Botella… y otros muchos insignes - vividores de la política - clamaron contra las concentraciones, las asambleas, los
debates. Las movilizaciones recibieron toda clase de críticas y
descalificaciones.
Los apelativos de perros-flauta y
anti-sistema eran utilizados despectivamente desde las filas de unos partidos
políticos desvencijados y hundidos en estercoleros de corrupción.
Al mismo tiempo, los responsables
de la llegada a la cumbre de cientos de delincuentes, seguían mirando hacia
otro lado y trataban de demostrar su inocencia basando sus coartadas en el
desconocimiento.
Personajes relevantes de la vida
política, económica y social han protagonizado - y siguen protagonizando - un
escandaloso desfile por la pasarela de los juzgados.
Unas no sabían porque había un
jaguar en su garaje, otros ignoraban que los sobresueldos fueran ilegales, “emepuntorajoy”
no sabe, no contesta y a otras les aparecían ranas por todas las partes de su
charca particular.
Nadie sabía nada cuando fueron
preguntados en sede judicial. Incluso utilizaron el amor marital para defender
la incompetente ignorancia de la consorte de un delincuente e hija de un “inimputable”
judicial.
A la vez que se llevaban a cabo los mayores
recortes del estado de bienestar, unos desaprensivos se llenaban los bolsillos
con el dinero que tendría que haber ido destinado a educación, dependencia,
sanidad o pensiones.
Expertos en vagancia y profesionales
del “sanguijuelismo” social - comúnmente
conocidos con el nombre de políticos - estaban tan integrados en un sistema
podrido que no percibieron el cambio de tendencia hasta que este se puso en marcha.
La irrupción de Podemos en las
instituciones causó un terremoto dentro del bipartidismo acomodado.
Tras la formación morada las élites
económicas corrieron a inventar un antídoto y lo encontraron en Ciudadanos y en
VOX.
El partido de Rivera ha transitado
desde la “social-democracia” hasta el liberalismo recalcitrante. Por supuesto
haciendo piruetas para tratar de
acomodarse en el ficticio “centro derecha moderada”.
En cambio Abascal y compañía han
sido más osados, saliendo a cara descubierta y sin complejos, tratan de pescar
en el rio revuelto que provocan las escaseces y las penurias.
Las posturas radicales que culpan
de los males a los inmigrantes, a los diferentes, o a los disconformes siempre han encontrado acomodo entre la población
aturdida, y los desvergonzados se aprovechan de tales despropósitos.
Desde VOX vocean medidas
retrógradas aludiendo a la salvación de la patria cuando todos sabemos que solo
les preocupa poner a buen recaudo los intereses dinerarios de sus amos.
No les importa que el precio a
pagar sea un fuerte retroceso de libertades y la consiguiente disminución de
derechos. Los derechos y libertades de Abascal y sus dueños están a buen
recaudo.
No dudan los escindidos del PP en
humillar a las mujeres y a las víctimas de la dictadura. Una de sus medidas
estrella es la eliminación de la ley con la que se intenta proteger a las martirizadas
por la violencia machista.
También pretenden eliminar la ley
de la memoria histórica cuestionando la justa restitución de los daños causados
por un delincuente culpable de delitos de lesa humanidad. En esas manos estaremos
si no espabilamos.
Visto el panorama, ahora no
parece el momento más adecuado para que Iñigo Errejón trate de resarcirse de su
derrota en Vista Alegre II.
Tampoco lo es para ir buscando venganza y anteponer al bien general sus
egos de perdedor. No parece el momento adecuado para querer ser el gallo del
corral podemita al amparo de una vieja
gloria rescatada entre la naftalina.
Resulta difícil comprender hasta que punto Manuela e Iñigo
detestan a Podemos. Carmena ya le había dado una sonora bofetada a Pablo Iglesias
al despreciar las normas internas de un partido decisivo para su llegada a la
alcaldía.
Ella aún no se ha enterado porque
es alcaldesa y a estas alturas de la pelicula dudamos que se entere.
Los concejales de Podemos que la
acompañan son la misma cara de la moneda. Tras alcanzar los cargos mediante
Podemos, han traicionado el espíritu participativo del partido, otorgándose un
estatus superior y fuera del control de
las bases. Carmena propone, sus cachorros disponen y los demás tienen que asentir.
La excusa que esgrime Iñigo para
justificar su comportamiento es el fracaso de Adelante Andalucía y la necesidad
de hacer algo diferente.
Y lo que se le ocurre al “lumbrera
política” es copiar a Teresa Rodríguez y ningunear al partido que les ha
llevado hasta la línea de salida. Tanto la veterana como el doncel opinan que
sin Podemos pueden llegar mejor a la línea de meta ¡Vamos que Podemos les
resulta un lastre!
Naturalmente en el coro no faltan
medios de comunicación que alaben el advenimiento del nene querido por los
medios afines al PSOE felipista. A toda costa quieren la versión Zapatero 2.0 que
representa Errejón.
Además no están solos, el
defenestrado errejonista Sergio Pascual tejió una bochornosa red clientelar desde
la Secretaría de Organización. Ahora la red antaño urdida, sale a la luz y se
posiciona a favor de Iñigo, reclamando unidad aunque sea a costa de la
coherencia.
Así encontramos pequeños
reyezuelos de sus reinos de taifas que tratan de imitar a Teresa Rodríguez en
su enfrentamiento con Pablo Iglesias.
Quieren hacerse fuertes en sus reductos
aun a costa de la implantación nacional del partido. Buscan posiciones en clave
regionalista, compitiendo con partidos nacionalistas en las diferentes autonomías.
Tristemente desde la Secretaría
de Organización Nacional de Podemos no han sido capaces de verlo y por el
momento no están sabiendo atajarlo.
A una señora de vuelta de todo y a
un narcisista frustrado, no se les debería otorgar la oportunidad de destrozar la opción
política que necesitan más de cinco millones de votantes. Por mucho que la cadena
SER, El País y Felipe González les jaleen.
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