Aunque quieran hacérnoslo pensar, no todo gira en torno al proceso catalán ni
alrededor de la fatua intención de los auto-denominados partidos
constitucionalistas que nos quieren convertir en borreguillos adeptos a sus
intereses. Hay otros asuntos en los que deberíamos reparar.
El último asesinato de una mujer,
presuntamente a manos de un hombre con antecedentes penales por asesinato, nos
lleva - entre otras cosas - a analizar
una de las propuestas estrellas de “VOX”,
esa escisión de la extrema cavernaria del Partido Popular.
Según proclaman Santiago Abascal
y su coro de mantenidos, la violencia machista es un invento de las “feminazis”
enloquecidas que lo único que buscan es subyugar al último espécimen de varón autentico; “estas
pervertidas pretender acabar con el macho hispánico”.
Según ABC, La Razón, El Mundo y
otros medios poco dudosos de parcialidad femenina, desde el año 2003 hasta hoy
se cifran en 974 el número de mujeres asesinadas por sus parejas. No están
contabilizadas las asesinadas por el hecho de ser mujeres y que murieron a
manos de criminales pervertidos.
En este último supuesto podrían
quedar encuadrados - por poner algún ejemplo - casos como el de Marta del
Castillo o el de Diana Quer, cuyas muertes no están contempladas en los estudios
publicados por estos comunicadores.
En momentos tan dramáticos me viene
a la memoria la cantinela del terrorismo etarra que tan profusamente han
utilizado los fundadores de Alianza Popular encabezados por Manuel Fraga, ministro firmante de penas de muerte durante
el franquismo.
José María Aznar sucumbió a la
tentación manipuladora con su descarada utilización del terrorismo atribuyendo
a ETA el doloroso atentado de Atocha. La finalidad era intentar ganar las elecciones
para su patrocinado Rajoy.
Según informes del Ministerio del
interior, desde el año 1968 la cifra de asesinatos de ETA es de 854 muertes durante
un periodo de 50 años.
Entre estas víctimas se
encuentran algunas atribuibles al afán de resistencia al franquismo más salvaje. Una de ellas la del comisario Melitón Manzanas, otras de marcado carácter
político entre las que se puede enmarcar la de Carrero Blanco o indirectas
producidas por los asesinatos de los dos casos anteriores (escoltas y conductor
de Carrero por ejemplo).
La cantidad de mujeres asesinadas
a manos de sus parejas desde el año 2003 es de 974 (120 más que los asesinatos
atribuidos a ETA) tomando datos de los últimos 15 años únicamente. ETA presenta
una media de 17 asesinatos año mientras la cifra de mujeres es de 65 asesinadas
(contando sólo las muertas a mano de sus parejas).
Con unas cifras tan
desproporcionadas la única explicación que se puede dar a la posición misógina
de VOX y de sectores relevantes del PP es que tan solo ven los asesinatos en
clave de oportunidad política.
El terrorismo ha sido una
recurrente en las campañas de propaganda de los partidos de la derecha menos
respetuosa con el ordenamiento constitucional. En esta campaña se incluyen PP y
VOX, sin olvidar la sobreactuación de Ciudadanos.
Sin ningún pudor emiten vergonzosos
mensajes de patrioterismo barato poniendo muertos encima de la mesa y en sede
parlamentaria acusan a los rivales políticos de burlarse de las víctimas.
Intuíamos que para Abascal los
crímenes se diferencian en función de la victima, pero para este individuo la
calificación depende sobre todo del verdugo.
Para el dirigente de VOX las
mujeres son objetos sospechosos y susceptibles de ser apaleadas con resultados
diversos. Las muertas - a manos de sus parejas - interesan relativamente poco
porque su aprovechamiento propagandístico es escaso.
Para esa derecha colindante con
su hermana preconstitucional lo relevante es la defensa de las corridas de
toros, la abolición de la ley de unión de parejas del mismo sexo, el levantamiento
de muros fronterizos y desmantelar el Estado de las autonomías para volver a
uniformar España bajo el yugo y las flechas. Utilizan a las víctimas de ETA con
la misma desfachatez que denostan la ley de violencia de género o la ley de
memoria histórica.
El asesinato de Laura vuelve a
poner de relieve la suciedad moral de esos grupos herederos de un infame franquismo.
Desprecian a las asesinadas igual
que menosprecian a los más de 114.000 cadáveres que permanecen en las cunetas.
Al mismo tiempo jalean, alaban, defienden y
vitorean la actuación del gobierno ilegal de un militar traidor que se rebeló
contra su patria.
Los nuevos “salva patrias”
proponen soluciones canallescas utilizando el dolor de la sociedad para
posicionarse ventajosamente.
Lo hacen con la finalidad de
laminar derechos, avances conseguidos y libertades logradas, dicen que en pro de una supuesta seguridad
nacional y ciudadana.
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