viernes, 21 de diciembre de 2018

Los de siempre


Aunque quieran hacérnoslo pensar,  no todo gira en torno al proceso catalán ni alrededor de la fatua intención de los auto-denominados partidos constitucionalistas que nos quieren convertir en borreguillos adeptos a sus intereses. Hay otros asuntos en los que deberíamos  reparar.
El último asesinato de una mujer, presuntamente a manos de un hombre con antecedentes penales por asesinato, nos lleva  - entre otras cosas - a analizar una de las propuestas estrellas de  “VOX”,  esa escisión de la extrema cavernaria del Partido Popular.
Según proclaman Santiago Abascal y su coro de mantenidos, la violencia machista es un invento de las “feminazis” enloquecidas que lo único que buscan es subyugar al  último espécimen de varón autentico; “estas pervertidas pretender acabar con el macho hispánico”.
Según ABC, La Razón, El Mundo y otros medios poco dudosos de parcialidad femenina, desde el año 2003 hasta hoy se cifran en 974 el número de mujeres asesinadas por sus parejas. No están contabilizadas las asesinadas por el hecho de ser mujeres y que murieron a manos de criminales pervertidos.
En este último supuesto podrían quedar encuadrados - por poner algún ejemplo - casos como el de Marta del Castillo o el de Diana Quer, cuyas muertes no están contempladas en los estudios publicados por estos comunicadores.
En momentos tan dramáticos me viene a la memoria la cantinela del terrorismo etarra que tan profusamente han utilizado los fundadores de Alianza Popular encabezados por Manuel Fraga,  ministro firmante de penas de muerte durante el franquismo.
José María Aznar sucumbió a la tentación manipuladora con su descarada utilización del terrorismo atribuyendo a ETA el doloroso atentado de Atocha. La finalidad era intentar ganar las elecciones para su patrocinado Rajoy.
Según informes del Ministerio del interior, desde el año 1968 la cifra de asesinatos de ETA es de 854 muertes durante un periodo de 50 años.  
Entre estas víctimas se encuentran algunas atribuibles al afán de resistencia al franquismo más salvaje. Una de ellas la del comisario Melitón Manzanas, otras de marcado carácter político entre las que se puede enmarcar la de Carrero Blanco o indirectas producidas por los asesinatos de los dos casos anteriores (escoltas y conductor de Carrero por ejemplo).
La cantidad de mujeres asesinadas a manos de sus parejas desde el año 2003 es de 974 (120 más que los asesinatos atribuidos a ETA) tomando datos de los últimos 15 años únicamente. ETA presenta una media de 17 asesinatos año mientras la cifra de mujeres es de 65 asesinadas (contando sólo las muertas a mano de sus parejas).
Con unas cifras tan desproporcionadas la única explicación que se puede dar a la posición misógina de VOX y de sectores relevantes del PP es que tan solo ven los asesinatos en clave de oportunidad política.
El terrorismo ha sido una recurrente en las campañas de propaganda de los partidos de la derecha menos respetuosa con el ordenamiento constitucional. En esta campaña se incluyen PP y VOX, sin olvidar la sobreactuación de Ciudadanos.
Sin ningún pudor emiten vergonzosos mensajes de patrioterismo barato poniendo muertos encima de la mesa y en sede parlamentaria acusan a los rivales políticos de burlarse de las víctimas.
Intuíamos que para Abascal los crímenes se diferencian en función de la victima, pero para este individuo la calificación depende sobre todo del verdugo.
Para el dirigente de VOX las mujeres son objetos sospechosos y susceptibles de ser apaleadas con resultados diversos. Las muertas - a manos de sus parejas - interesan relativamente poco porque su aprovechamiento propagandístico es escaso.
Para esa derecha colindante con su hermana preconstitucional lo relevante es la defensa de las corridas de toros, la abolición de la ley de unión de parejas del mismo sexo, el levantamiento de muros fronterizos y desmantelar el Estado de las autonomías para volver a uniformar España bajo el yugo y las flechas. Utilizan a las víctimas de ETA con la misma desfachatez que denostan la ley de violencia de género o la ley de memoria histórica.  
El asesinato de Laura vuelve a poner de relieve la suciedad moral de esos grupos herederos de un infame franquismo.
Desprecian a las asesinadas igual que menosprecian a los más de 114.000 cadáveres que permanecen en las cunetas.
 Al mismo tiempo jalean, alaban, defienden y vitorean la actuación del gobierno ilegal de un militar traidor que se rebeló contra su patria.
Los nuevos “salva patrias” proponen soluciones canallescas utilizando el dolor de la sociedad para posicionarse ventajosamente.
Lo hacen con la finalidad de laminar derechos, avances conseguidos y libertades logradas,  dicen que en pro de una supuesta seguridad nacional y ciudadana.

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