El Parlamento Europeo ha dictado
una resolución el jueves 25 de octubre de 2018 mediante la cual reclama a España la retirada de todo tipo de
simbología enaltecedora de la figura de Franco, la guerra civil y el alzamiento
militar.
La iniciativa aprobada con 355
votos a favor, 90 en contra y 39 abstenciones exige la ilegalización de las
asociaciones y organizaciones - como la Fundación Franco - que exalten el
fascismo y el nazismo.
También han sido aprobadas - con
el voto en contra del PP y la abstención de Ciudadanos - una serie de enmiendas
encaminadas a contribuir a la concienciación pública y a la memoria histórica.
Entre las medidas aprobadas se encuentran las de retirar
los símbolos y monumentos que ensalcen el Franquismo en una clara referencia al
Valle de los Caídos.
No pequemos de optimistas, pero
tras estas disposiciones emanadas desde Europa el niño Pablo Casado,
castellano-leonés de 37 añitos nacido en
Palencia, puede que recupere la clase de sociales a la que no pudo asistir
porque tenía paperas y por fin se entere de que el 18 de julio de 1936 un
individuo uniformado se levantó en armas contra el Estado ¡Eso sí fue una
rebelión!
Puede que sea mucho pedir pero
tal vez la lumbrera castellano-leonesa de 37 años se dé cuenta de que no ha pasado
tanto tiempo desde que el sufrimiento se instaló en la sociedad española por
culpa de un asesino rebelde y sedicioso.
A lo mejor la criatura
castellano-leonesa de 37 años acaba aprendiendo al oír de voces europeas que
los crímenes de lesa humanidad no prescriben y que su partido fue fundado por
colaboracionistas de un régimen instaurado desde una aterradora ilegalidad.
Muchos de los referentes
fundacionales de Alianza Popular (PP) – entre ellos Manuel Fraga - serán
catalogados como lo que nunca dejaron de ser: miembros del Gobierno de un usurpador.
Es posible que ¡Por fin! se lleve
a cabo un macro juicio de la historia para poner a cada cual en su sitio y en
la cárcel a los enaltecedores del golpismo franquista.
Tampoco tenemos que lanzar las
campanas al vuelo, pero es un paso para que la Audiencia Nacional deje de
negarse a que sea interrogado por la
jueza Servini el ministro franquista Rodolfo Martin Villa.
Su interrogatorio igual que el
del ministro Utrera Molina forma parte
de la instrucción de la causa abierta contra el franquismo en Argentina.
Utrera ya no podrá testificar,
para impedirlo el Ministro de Justicia Ruiz Gallardón le dio una patada a la
justicia universal y libró del trance a su suegro.
Nada sucede por casualidad, en
estos momentos Europa se ha dado cuenta de los riesgos que entraña mirar hacia
otro lado cuando se está hablando del resurgimiento de peligrosos nazismos.
Esperemos que no sea tarde aunque
mucho nos tememos que para las víctimas españolas del franquismo el retraso es
tremendo.
Mucho más si tenemos en cuenta el
olvido al que se han visto sometidos los represaliados en campos de
concentración nazis, los masacrados en masa, los enterrados en cunetas, las
vidas destrozadas y el padecimiento de pesadillas interminables.
Todo ello viendo - cuando
pudieron regresar a España - que su huerto se lo había apropiado el
cacique, el cabo que había violado a su madre tenía una estatua en la plaza, el
cura que había denunciado a su padre era Obispo y la casa de la familia pertenecía
al chivato de la falange.
Para colmo el Jefe del Estado era
el sucesor nombrado por el tirano, la iglesia se apropiaba de los bienes
comunales con ayuda legal y el Jefe de Estado era inviolable, inimputable e
irresponsable.
Tan irresponsable como el niño
castellano-leonés de 37 añitos.
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