La derecha política y sus sonajeros mediáticos siguen encerrados en su falta de objetividad. La ceguera que padecen les lleva a equiparar la reivindicación del derecho constitucional a una vivienda digna con que “el pobre Borja Mari” sufra ataques de clasismo porque un perro-flauta se compra una casa firmando dos hipotecas.
Unos comentarios de Pablo Iglesias definiendo a Ana Botella como apéndice del hombrecillo insufrible son utilizados por la derecha mediática rebosante de “hombría” para justificar la cacería de Irene Montero.
Prueba fehaciente son las crónicas de sus plumillas tratando de impulsar la nueva versión de Macarena Olona. Los Herrera, Losantos, Quintana, Seguí, Negre…, están luchando para sustituir a la anterior estrella de vox por un personaje tan simple como la Toscano.
La abogada, abnegada madre y fiel esposa, debe saber que es el segundo plato de Santi Abascal para intentar contrarrestar la caída sufrida por VOX tras la deserción de Macarena.
Carla Toscano es una pieza inservible de una ideología trasnochada que, a día de hoy, no se ha enterado que la humanidad es una especie comunitaria. La conclusión a la que está abocada la humanidad, más pronto que tarde, es la de compartir los bienes para eliminar la necesidad. De esta forma se dejará de usar la necesidad de la mayoría para que, unos pocos insolidarios, tengan bienes inútiles que no son capaces de disfrutar.
Probablemente Ana Botella tiene cualidades ocultas que nadie, ni siquiera ella, ha sido capaz de descubrir. Tanto es así que - entre la neblina del spa que disfrutaba para evadirse de la tragedia del Madrid Arena – no encontró la fuerza ni la valentía necesaria para asumir responsabilidades y presentar su candidatura como cabeza de lista al Ayuntamiento de Madrid. Así podría haber disipado dudas sobre su valía política.
Que la Botella fue alcaldesa por imposición como número 2 de la lista municipal, es una realidad derivada de la falta de personalidad del alcalde Ruiz Gallardón. El alcalde titular de la Villa y Corte de Madrid ambicionaba ostentar un ministerio gubernativo para, por lo menos, empatar con su suegro franquista Utrera Molina. Por ese motivo no tuvo ningún reparo en acomodar la composición de la candidatura municipal a los designios de napoleoncito Aznar.
Por otra parte - mal que les pese a algunos - que Irene Montero fue diputada de la Asamblea de Madrid y del Congreso de los diputados antes de convivir con Pablo Iglesias es un hecho. Que trabajó de cajera mientras acababa su licenciatura es otro hecho. Qué le fue concedida una beca para estudiar en la Universidad de Harvard (la de verdad, no la de Casado) es otra realidad.
¿Qué quizás, Ana Botella, tenga habilidades políticas por encima de las que adornan al hombrecillo insufrible con el que convive? Es más que probable, porque de las pocas cosas que puede presumir el muchacho del bigotito evanescente es del linaje de su familia franquista y de haber sido señalado por el dedo de (Fraga) uno de los ministros de Franco reconvertido a demócrata de toda la vida.
¿Qué Irene Montero ha sufrido un menosprecio en su labor ministerial cuando sus capacidades políticas han superado con creces lo que se esperaba de ella? Es un hecho.
¿Qué fue señalada como diana para abatir a Pablo Iglesias al considerarla la pieza débil de la pareja? Es una realidad MUY machista. De ahí la campaña contra la Ministra de Igualdad.
Para desgracia de muchos machotes y machotas, Irene ha demostrado bastante más fortaleza que la que se le presuponía. Entre sus muchos depredadores se encuentra Carmen Calvo y sus patológicos celos por la Ministra de Igualdad. La ex vice presidenta cuenta con el apoyo de facciones apolilladas del movimiento feminista (Amelia Valcárcel). Su nivel de servilismo hacia Carmen Calvo es tan palpable, que cometieron el error de calificar a una referente de la lucha de las mujeres, Carla Delgado Gómez (Carla Antonelli), como machorro con faldas.
El comportamiento del ser humano es bastante previsible. Su primera y principal preocupación es él mismo, la segunda es él y la tercera es él. A partir de ahí comienza a desarrollar un pensamiento filosófico para, únicamente, sentirse bien consigo mismo.
La armonización del comportamiento se inicia desde la colectivización de los derechos con la finalidad de paliar las necesidades. La sociedad toma el poder para imponer normas a los disidentes. Otros disconformes – el extremo derecho - deciden inclinarse por la teoría de que el hombre es capaz de sobrevivir al hombre. Desprecia los derechos de todos para satisfacer sus privilegios.
“Yo tengo más porque me lo merezco por nacimiento (Los reyes y Fraga) y me lo he ganado aunque sea con el esfuerzo de los demás (los farsantes de la derecha meritocrática - Ayuso y Abascal - entre otros)”. Esa es su máxima.
Los pobres diablos aún no se han enterado que son lo que son porque viven en comunidad. Inmersos en la sociedad se atribuyen méritos individuales que denotan una gran falta de respeto al concepto humanidad.
La complejidad del comportamiento humano ha llenado miles de páginas de tratados filosóficos de conducta. Ahora no tenemos mejores datos pero sí más información. A pesar de ello, nuestra predisposición actual es la de despreciar las luchas por los derechos humanos, la actividad sindicalista y la reivindicación de los derechos sociales adquiridos o demandados. En estos tiempos la tendencia – en las sociedades desarrolladas - es acabar cediendo ante la individualización de los supuestos logros adquiridos.
Para separar el trigo de la paja es imprescindible saber que los derechos individuales son muy importantes, pero que nadie olvide que se han conseguido a través de una lucha colectiva.
Cualquier hombre o mujer puede mirar a los ojos a un rey o reina porque antes alguien desafió a los monarcas y con valentía reprobó su comportamiento.
Una vez constatada la inútil soberbia real, para alcanzar la liberación del pueblo los opresores fueron juzgados y condenados a pasar por la guillotina. A partir de ese momento se escribió otra historia.
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