El
gallinero españolero está alborotado, temen que en el acontecimiento deportivo
que se avecina se escuchen improperios y disconformidades con la regia figura
que lo presidirá.
Con
motivo de la final de la Copa del Rey, que disputan ¡Vaya por dios! El FC
Barcelona y el Athetic Club de Bilbao, se han desempolvado peregrinas ideas
acerca del respeto a la idiosincrasia española.
Motivo por el cual los patriotas temen que la entrada del monarca a los
sones del himno nacional, provoque una estruendosa pitada por parte de las
aficiones catalana y vasca. Ya existen precedentes. El año 2012 los responsables
de la retransmisión televisiva del mismo evento deportivo silenciaron la
monumental pitada que recibió el entonces Príncipe a su llegada al palco para
presidir el acto en sustitución de papa “Campechano”. Los contendientes deportivos eran los mismos.
A
pesar de los incesantes intentos de lavado de imagen, “El Preparado” no concita
demasiadas simpatías entre los seguidores de los equipos finalistas y desde el
centralismo carpetovetónico se atribuye una maldad manifiesta a quienes
discrepan con la idea que ellos tienen sobre la Jefatura y estructuras del
Estado por lo cual califican la protesta como ofensa a todos los españoles.
Muchos españoles no se sienten ofendidos por los pitos ni siquiera un poco.
Quizás les ofenda más la importancia que se otorga una composición de música
militar; de dudosa calidad músical dicho de paso.
Entre
las voces que proponen la aplicación de medidas contundentes contra los
desaprensivos que expresen su disconformidad con la Jefatura de Estado, con la
conformación del mismo, con las formas de representación actuales, o contra las
notas de la Marcha de Granaderos, se encuentra ¡faltaría más! La excelentísima
señora “Sexagenaria a la Fuga”, doña Esperanza Aguirre.
Para
la candidata del PP a la alcaldía de Madrid resulta un acto intolerable que se
reciba al Monarca acompañado de las notas del Himno envueltas en una hermosa
música de viento.
La
alcaldable se ha definido siempre como liberal, y según la RAE.:
-
Liberal es un adjetivo que define a alguien partidario de la libertad
individual en lo social y político y de la iniciativa privada en lo económico.
Para
Aguirre sólo es válida la segunda parte de la definición, la de lo económico.
Del respeto a la libertad individual en lo social y político se olvida igual
que olvidó que los agentes de movilidad son agentes de la autoridad, cuyo
trabajo es velar por el cumplimiento de las normas de tráfico. Para la buena
señora la única libertad individual respetable es la suya.
La
“tía cojonuda” - según la definió el recluso Díaz Ferran en conversaciones con
su cuñado el peculiar Arturo Fernández – no está dispuesta a permitir que se
perturbe la paz real de sus majestades con comportamientos atribuibles a la
condición de pueblo cabreado e impropios de un pueblo sano. La más alta
institución merece el respeto de todos los habitantes de la piel de toro, les
guste o no, ser súbditos de una arcaica institución que otorga privilegios a
una familia sobre todas las demás.
¡Cuánta
diligencia en la defensa de Instituciones y Símbolos!
Siempre
encontrará quien la aplauda. La cabaña lanar en la que han convertido al país
no da para mucho más. Seguramente sus asesores de campaña, entre quienes la
destapadora de “GÜRTEL” mantiene a Isabel Gallego (imputada en la Operación
Púnica), han llevado a cabo el estudio sociológico en Madrid y la respuesta ha
tenido que ser que “Contra Cataluña se vota mejor”.
Se
han despertado los Coros y Danzas de la Sección Femenina dirigidos por la
“Huidiza” y demandan respeto para los símbolos que dan sentido a nuestra
pertenencia patriótica. Cosas que nos distinguen y nos unen. Cosas que hay que
proteger de la ira de los descontentos.
Si
fuera verdad que después de esta vida hay otras y que una y otra vez volvemos
con diferentes materializaciones, tenemos que pedirnos ser “algo que represente
al colectivo español”, cualquier distintivo. Si somos himno por mala y chabacana que sea la pieza musical,
obtendremos la consideración de ente intocable y respetable. Nuestros derechos
estarán protegidos y los ilustres - como Esperanza - lucharan a brazo partido
contra los que osen ofendernos o perturbarnos.
Completamente
distinto a lo que sucede cuando somos simplemente ciudadanos. Teniendo condición
humana se pueden ciscar en nuestra
dignidad sin que a Esperanza Aguirre se le mueva ni un pelo de su cuidado
peinado.
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