Ha sido
un fin de semana largo e interesante. Después de las tensas reuniones de Yanis
Varoufakis (responsable de finanzas del recién nacido gobierno griego) con los
responsables de la caótica situación en la que han sumergido al país heleno,
parece que Europa se encuentra en un callejón sin salida ¿Sin salida? Eso es lo que los irresponsables que nos
gobiernan pretenden hacernos ver.
Adolfina
Merkel ya ha levantado la voz y con el estruendo que normalmente acompaña a sus
declaraciones ha dicho que de quita de deuda ni hablar. Tiene que defender los
intereses de sus bancos por encima de los intereses de los ciudadanos. La
defensora a ultranza de las más férreas políticas económicas de corte liberal,
se parapeta detrás de ese trío paradójico al que denominan “Troika” para
otorgarle un ápice de respetabilidad. Llamándole trío a secas, podía llevar a
confusión y pensar en otro tipo de trío.
Defiende
Adolfina sus medidas con el argumento de ajustar los gastos a los ingresos que
se tienen. Lógico e incoherente. Con las mismas teorías que ella defiende
debería sancionar a sus entidades financieras por poner en riesgo la economía
de su propio país entrando en operaciones de escasa solvencia económica. Pero
claro, la rentabilidad lucrativa era de tales dimensiones que no podían dejar
pasar la oportunidad. Durante años sometieron a un tratamiento de doping
financiero a economías especulativas de países con gobiernos de marionetas. Con
la complicidad de esos gobiernos de los que despectivamente denominan PIIGS, se
llenaron los bolsillos a sabiendas del riesgo. Mientras esto sucedía, “El Trío”
estaba a lo suyo: Una bacanal de poder y corrupción de dimensiones
considerables. Para los bancos alemanes el negocio según su teoría de libre
mercado ha sido redondo: Si el negocio es productivo se forran y si es ruinoso
pagan los ciudadanos y ellos se forran. En su teoría liberal siempre ganan.
Ahora
uno de esos países le ha salido respondón y - a pesar de las amenazas e
intentos de infundir miedo - sus ciudadanos han preferido una opción política
que por lo menos ha variado el mensaje. A pesar de los obstáculos colocados por
las instituciones europeas, mediante mensajes amenazadores si se separaban de
la ortodoxia dictada por “El trío”, los ciudadanos griegos han ejercido su
derecho a la democracia y han optado por una formación política que les abre un
nuevo camino para salir del atolladero.
Como
no podía ser de otra manera en la vieja
piel de toro han saltado al ruedo los monosabios de la teutona para alertar del
“peligro de los radicalismos de
telepredicadores con coleta”. En este punto coinciden los dos grandes
partidos que se han repartido el pastel durante el periodo “democrático” que
vivimos. El PASOK, digo… el PSOE, (en qué estaría yo pensando), es incapaz de
reaccionar ante la exhibición de poder de convocatoria que ha alcanzado el
partido que le está pasando por la izquierda. El PSOE presenta por todo bagaje
nuevas caras con viejos vicios.
Entretanto
a la cúpula del PP no le llega la camisa al cuerpo y se han desbocado en una
estrategia que cada vez que hablan es para hacer campaña a Podemos. Pablo
Iglesias y su equipo estarán alucinando con las decisiones de Rajoy: Floriano de
director de campaña, Hernando de portavoz
y el precioso Pablo Casado como antídoto de Pedro Sánchez. Con rivales
como estos muy mal lo tienen que hacer Errejón y su equipo para no alcanzar la
mayoría absoluta.
La estrategia
que sigue “El bipartito” la marca la agenda de Merkel: miedo y más miedo a
posturas que se separen del dogma de comportamiento que establece la Führer. La
prueba del algodón ya ha comenzado, Grecia ha dicho que “El trío” no va a ser
su interlocutor, ellos hablaran con Europa. “El trío“ está que trina. El pulso
está en su apogeo y cuenta con invitados a la función que pueden adoptar el
papel de actores principales a poco que se cumplan los indicios que confirmen
que los políticos de la UE son tan incapaces como parecen. Grecia “sólo”
necesita dinero para hacer frente a las promesas de su programa y cumplir los
objetivos de dignificar la vida de los ciudadanos.
Tanto
Rusia como China estarían encantadas de intervenir. Rusia para devolver con la
misma moneda la afrenta de Ucrania y tener un aliado en el corazón
institucional de la UE con derecho a veto.
China
necesita dar salida a la cantidad ingente de divisas que atesora y que puede
provocar un grave colapso en su propia economía.
Grecia
“solo” necesita dinero; la dignidad y la soberanía nacional ya las han recuperado mal que les pese a los
paniaguados del poder anunciadores de males irreversibles si elegían un
gobierno contrario a sus intereses.
Mariano
y Pedro deberían colocar como cabecera de su cama el refrán “Cuando las barbas
de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”.
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