¡Por
todos los dioses! Qué difícil nos lo ponen. En esta última semana,
fundamentalistas de diferentes tendencias, nos han revelado que la evolución y
logros sociales distan mucho de caminar en la dirección correcta.
Por
un lado nos encontramos un enigmático grupo que autoproclama su dependencia
exclusiva de Roma –no Roma ciudad, sino la Santa Sede- y parece que tiene como pretensión la modificación de la estética
paisajística. Para ello ha decidido sembrar las cumbres de cerros, montículos,
montes, colinas y cuantos promontorios encuentre, de cruces de hierro e
imágenes de la virgen ¿Motivo? Convertirnos a todos a la religión verdadera y
expulsar del suelo patrio católico a los herejes musulmanes.
En
un comunicado panfletario, tan cargado de amenazas como de estupideces,
advierten, no se sabe muy bien a quien, que por cada una de las imágenes que
sean retiradas/demolidas colocarán dos. Avisan que adoptarán medidas legales
contra quienes les difamen, insulten…etc. Nada diferente a lo que cualquiera
ciudadano puede hacer en defensa de su buen nombre. Invitan a sumarse a la iniciativa para
detener el avance islamista que viene y que está por venir. En resumen el comunicado nos obsequia con una serie de
advertencias y recomendaciones que como laxante no tienen precio.
Al mismo tiempo tiene lugar la presentación de
un denominado Circulo Musulmán que parece que esté encuadrado dentro de Podemos.
Quiere
ilustrarnos el mencionado Círculo con
una detallada explicación de la Constitución que establece que España es un
estado aconfesional y nos define con su erudición los elementos que comprenden,
establecen y componen el carácter aconfesional. ¡Pero vaya! Utilizan la
Constitución española Art. 16.3 y la Declaración Universal de Derechos Humanos
Art. 18, mezclando el significado de ambos, aunque hubieran acertado da igual,
es irrelevante qué legislación o ley define el término aconfesionalidad.
No
quiero caer en la tentación de embarcarme en una diatriba semántica sobre la no
confesionalidad del estado y los derechos y deberes que ello comporta, me
resulta extraordinariamente monótono y sin sentido. A estas alturas de
desarrollo social, político e intelectual no tengo ninguna gana de perder el
tiempo en explicar a ningún grupo de creyentes de ninguna religión que no me
interesan lo mas mínimo sus supersticiones, sus dioses, sus ritos, sus
ofrendas, sus cielos, sus infiernos, en
definitiva sus creencias.
En
una sociedad moderna y avanzada la laicidad no puede ser opcional. Debe de ser
de ineludible cumplimiento. Expulsar de la vida política y ciudadana a todos
los dioses y dogmas tiene que ser de obligado desempeño.
El
respeto por las creencias comienza por el respeto a la ausencia de las mismas.
Primero somos ciudadanos, que una vez formados nos decantamos por tal o
cual opción espiritual, o por ninguna, pero primero ciudadanos libres. Limpios
de ataduras a dioses que nos hacen crecer y multiplicarnos para mas gloria de
sus sacerdotes.
No
soy quien para dar consejos a nadie, pero ya que el primer mensaje de Pablo
Iglesias nace como contraposición a las castas resulta cuando menos
sorprendente que entre sus círculos de participación pueda tener cabida una de
las castas que con más saña ha sometido y pretende seguir sometiendo a la humanidad: La casta religiosa.
La casta
religiosa busca el dominio social a través de cualquier medio, poco importan las
vidas humanas, son mucho más importantes sus credos. Apoyándose en los miedos y
en la incultura, los clérigos de las religiones asaltan el poder civil para
imponer sus normas de convivencia. Inconcebible
por lo tanto un circulo musulmán, cristiano, judío, budista o de cualquier otra
deidad.
Es
curioso que ambos grupos nos prevengan de los peligros que representa el otro.
El
Objetivo 1300 quiere imponernos en nuestros espacios públicos, la imagen de la
cruz y la virgen rompiendo la monotonía de la vista, o sea, como si fuera
una burda copia del toro de
Domeq. Su finalidad es devolvernos a tiempos que añoran, en los cuales la misa
y los ejercicios espirituales eran obligatorios. Me asalta la duda de si no
estará la mano de algún Rouco detrás de la iniciativa.
Confiemos
que las autoridades - por muy beatas que sean - cumplan con su obligación y no
permitan que se profane el suelo común con la publicidad de ninguna confesión.
Esperemos que además de demoler las cruces e imágenes que se coloquen se tomen
las medidas legales oportunas para castigar la invasión de terreno comunal y demás transgresiones que se
produzcan, por mucho que estén bendecidos por Francisco desde la Central de
Roma.
En
cuanto al comportamiento de Podemos, sería deseable que sean fieles a sus
principios y eliminen e impidan, de
forma tajante, la formación de castas y sobre todo las más dañinas, alienantes
y peligrosas: Las castas religiosas.
Las
religiones están muy bien en los recintos religiosos que los fieles respectivos
se otorguen para ello, siempre que respeten la ley, pero su lugar no está –
como pretende el supuesto Circulo Musulmán - ni en la educación, ni en la
política. Por supuesto mucho menos en las instituciones. Y sí por su vigilancia
se observa algún incumplimiento de la ley, obligando a las personas a
comportamientos vejatorios, o discriminaciones de cualquier clase, las
autoridades deben actuar y separarlos de la sociedad. Tolerancia cero con quienes
pretendan imponer sus creencias. Sean las que sean.
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